Las células sanguíneas se forman y renuevan constantemente (debido a que tienen una vida media corta) por el proceso conocido como hematopoyesis, que consiste en la proliferación mitótica y diferenciación de células madre a células sanguíneas y tiene lugar en ciertos órganos del embrión y del adulto.
En relación con este tema, existe una teoría denominada teoría monofilética, la cual, considera que todas las células sanguíneas derivan de un único tipo celular que es la médula ósea roja, llamada célula progenitora hematopoyética pluripotencial (=célula madre).
Todo comienza en el mesodermo del saco vitelino, donde aparecen las primeras células sanguíneas del embrión. Después, el hígado y el bazo funcionan como órganos hematopoyéticos temporales.
A lo largo del desarrollo embrionario, la clavícula empieza a osificarse y comienza a formarse la médula ósea hematopoyética.
En la vida postnatal todas las células de la sangre se originan a partir de la médula ósea roja, formada por tejido reticular, entre cuyas fibras se encuentran células sanguíneas en distintas etapas de desarrollo. Debe su color rojo al predominio de células que se van a diferenciar en eritrocitos, que son el tipo celular más abundante en la sangre.
La médula ósea roja se localiza en las cavidades de algunos huesos. En el adulto, se encuentra en el esternón, costillas y vértebras, entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario