Todos los años salen vacunas contra la gripe, la gente cree que por ponerse esa vacuna están ya "inmunizados" de forma que no podrán padecer esa enfermedad, por eso en muchos casos tratan de ineficaz esa vacuna. Pero lo que la gente no sabe es, que una vacuna no evita que cojas esa enfermedad sino que lo que hace es que tengas una respuesta inmune mucho más rápida y eficaz en el caso de que te contagies con ese virus de la gripe.
Y ¿cómo funciona nuestro sistema inmune?
Los microorganismos (virus y bacterias) y las toxinas contienen sustancias llamadas antígenos, las células inmunes tienen en su membrana moléculas receptoras que reconocen de forma muy específica a estos antígenos.
Cuando en nuestro organismo aparece algún tipo de antígeno se inicia el desarrollo de células T específicas, y aumenta de manera exponencial el número de linfocitos T y B, específicos para el antígeno que entró en el organismo. De esta forma, si hay una posterior "recaída", es decir, si volvemos a encontrarnos con estos antígenos en el cuerpo la respuesta inmune será mucho más rápida y eficaz debido a que estas células tienen memoria.
Y ¿qué tiene que ver esto con la vacunación?
En la vacunación se inyectan organismos muertos o debilitados que todavía conservan los antígenos pero que no pueden causar la enfermedad, de esta manera la respuesta inmune ante un posible contagio será mucho más eficaz.
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